Dicen que de casta le viene al galgo, y algo así es lo que le ha pasado a Ivan Castro, un joven aranés de 27 años. Proveniente de una familia ligada a la restauración, Ivan, que se ha criado entre fogones, ha ido adquiriendo con el tiempo el gusto por la alta cocina y los productos de calidad. Tras pasearse por los mejores restaurantes del mundo como El Bulli o el Noma en Dinamarca, hace unos meses ha abierto Mont Bar, un pequeño pero muy acogedor restaurante de tapas de autor. Una opción perfecta para disfrutar este fin de semana.
Mont Bar, c/Diputación 220, 933 23 95 90, Barcelona.
En el Mont Bar, que debe su nombre al pueblecito aranés en el que nació el joven y recién estrenado empresario, podréis desayunar, tomar el aperitivo, comer, tomar un vino a media tarde y cenar acompañado de un gintonic por la noche.
Dispone de una amplia oferta de platos y platillos con productos tradicionales pero de gran calidad que van cambiando y adaptándose al producto de temporada de cada época del año. Platos de 'toda la vida' pero con un toque de alta cocina, y una presentación y puesta en escena de lo más cuidada.
El mando de los fogones lo lleva el chef Pedro Salillas, que ha pasado por las cocinas de restaurantes conocidos restaurantes como Akelarre en San Sebastián, Saüc, Neichel y l'Atelier de Robuchon en Las Vegas, y que en este pequeño gastrobar da rienda suelta a su imaginación a la hora de crear nuevas composiciones gastronómicas.
Durante nuestra visita a Mont Bar, tuvimos la suerte de probar una gran variedad de tapas que os recomendamos 100% y que os enseñamos a continuación. Empezamos con unas croquetas, plato muy simple pero que no todo el mundo sabe hacerlas, un espectacular plato de jamón y unas mini hamburguesas de buey dry aged con panecillo de mollete tiernísimo.
Como hemos dicho, la puesta en escena de los platos era de lo más original: probamos la versión más diferente que hayamos tomado nunca del tradicional cocktail Bloody Mary. Y uno de los platos más espectaculares, la ventresca de bonito marinada, una auténtica delicia.
Para finalizar, probamos unas vieriras con ravioli de panceta y un delícioso arroz con calamar.
Versión Mont Bar del tradicional bombón Ferrero Rocher.
El tradicional postre castellano arroz con leche con un toque diferente.
Esperamos que os haya gustado el post y os animéis a visitar este pequeño rincón gourmet que hará las delicias de los paladares más exigentes.
Mont Bar, c/Diputación 220, 933 23 95 90, Barcelona.
En el Mont Bar, que debe su nombre al pueblecito aranés en el que nació el joven y recién estrenado empresario, podréis desayunar, tomar el aperitivo, comer, tomar un vino a media tarde y cenar acompañado de un gintonic por la noche.
Dispone de una amplia oferta de platos y platillos con productos tradicionales pero de gran calidad que van cambiando y adaptándose al producto de temporada de cada época del año. Platos de 'toda la vida' pero con un toque de alta cocina, y una presentación y puesta en escena de lo más cuidada.
El mando de los fogones lo lleva el chef Pedro Salillas, que ha pasado por las cocinas de restaurantes conocidos restaurantes como Akelarre en San Sebastián, Saüc, Neichel y l'Atelier de Robuchon en Las Vegas, y que en este pequeño gastrobar da rienda suelta a su imaginación a la hora de crear nuevas composiciones gastronómicas.
Durante nuestra visita a Mont Bar, tuvimos la suerte de probar una gran variedad de tapas que os recomendamos 100% y que os enseñamos a continuación. Empezamos con unas croquetas, plato muy simple pero que no todo el mundo sabe hacerlas, un espectacular plato de jamón y unas mini hamburguesas de buey dry aged con panecillo de mollete tiernísimo.
La mezcla de sabores de lo más dispar es uno de los puntos fuertes de su oferta. Un ejemplo es este foie sobre un brioche de manzanilla y cebolla crujiente.
Alitas de pollo con patatas fritas, tan simple y tan bueno. El toque especial venía del sabor ahumado de la carne y las patatas trufadas.
Como hemos dicho, la puesta en escena de los platos era de lo más original: probamos la versión más diferente que hayamos tomado nunca del tradicional cocktail Bloody Mary. Y uno de los platos más espectaculares, la ventresca de bonito marinada, una auténtica delicia.
Para finalizar, probamos unas vieriras con ravioli de panceta y un delícioso arroz con calamar.
Y por si no habíamos comido suficiente, nos quedaba todavía un poquito: aquí va nuestra selección de postres.
Falso albaricoque con almíbar de eucalipto y torrija de cerezas.
Versión Mont Bar del tradicional bombón Ferrero Rocher.
El tradicional postre castellano arroz con leche con un toque diferente.
Esperamos que os haya gustado el post y os animéis a visitar este pequeño rincón gourmet que hará las delicias de los paladares más exigentes.
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